Cambio un poco la dinámica del blog y voy a hablar de mi experiencia en consulta. Es un post pensando en compañer@s de profesión, que quizás, afronten con miedo respeto esos inicios en la profesión.
Acabo de superar las 8.000 consultas presenciales, de alrededor de 30 minutos cada una (a veces algo mas, a veces se necesita menos tiempo) y aunque me considero un Dietista-Nutricionista (DN, en adelante) en pleno proceso de formación, con muchísimo que aprender, hay un par de cosas que creo, honradamente, que he hecho muy bien.
Primera, he sido muy metódico y con muuuucha capacidad de análisis. La primera cita, que utilizo para abrir el historial clínico es de vital importancia. Tengo diseñados varios cuestionarios, de tipo socioeconómico y estados de salud, en los que debe quedarme claro el caso a tratar. Posteriormente, en cada cita de revisión, recojo sistemáticamente mucha información: datos antropométricos, actividad física (instalo podómetro en el móvil) y grado de adherencia a la dieta en la semana en cuestión. La estancia media de un paciente en mi consulta, supera ampliamente los 6 meses, a los que veo 1 vez por semana, el mismo día, misma hora. Imaginad la cantidad de información (datos) que he generado, procesado y analizado, para comprender la evolución del peso en consulta del paciente. Todo esto me ha permitido “visionar” (me puedo equivocar y de hecho lo hago) que va a pasar a meses vista con un paciente en cuestión.
Segunda, me he especializado. No pauto consultas de pediatría (salvo muy contadas excepciones y con tiempo muy limitado), embarazadas (idem), deportistas (idem)…. y muchos más. Básicamente, siempre trabajo el mismo tipo de caso, paciente en situación de sobrepeso grado II en adelante, con o sin patologías asociadas (muy habituales, trastorno en el aparato digestivo, pre-diabetes…). Dentro de estas patologías, conozco muy bien mis limitaciones como profesional y sin dudar, derivo a médico si lo considero necesario, no intento solucionar el problema sino es mi campo (no pocas veces te he dado el coñazo Cristina Tejera )
Todo lo anterior me ha llevado a tener claro, critalino, los 3 casos más complicados a los que me enfrento cuando un paciente acude a mi consulta. Sobre todo esto hay bastante literatura, puedes buscar evidencia si te apetece. No voy a enlazar con ningún estudio, es un post de opinión personal basado en mi experiencia, sin pretender sentar ningún dogma. Vamos a ello.
1º. Paciente con tratamiento en farmacología antidepresiva.
A la depresión no se llega de la noche a la mañana. El trayecto que se sigue es (de forma muy resumida): estrés no controlado, que con el paso del tiempo deriva en episodios de ansiedad, que no controlada a su vez, termina en cuadro depresivo. Dado el caso, ¿el paciente que tengo enfrente se encuentra en alguno de estos estadios?…. a tener en cuenta desde el minuto cero.
Bien, cuando se registra la farmacología del paciente en el historial clínico y anotamos que la persona se encuentra en tratamiento para la depresión, desde este momento, soy muy consciente de que la evolución del peso en consulta no seguirá los cauces normales y esto lo tengo muy cuenta a la hora de establecer algún objetivo/meta en cuanto a perder peso.
¿Por qué es tan complicado perder peso en estos casos? lo explico de forma coloquial. Estos fármacos, para entendernos, provocan depresión de mecanismos bioquímicos y hormonales. Podríamos hablar de la concentración de cortisol en estos pacientes, alteración eje hipotálamo-hipófisis-glándulas adrenales… etc etc, pero no es el objetivo de este post. Para entendernos aún mejor, esta farmacología actúa como depresores del sistema nervioso central, vamos que dejan “sedados” a la persona. Y esto tiene un impacto enorme en el balance energético final, sino tenemos la capacidad de gastar/quemar energía, da igual que no comamos….
Mi consejo a la hora de afrontar estos casos: no descartar trabajar en colaboración, de forma multidisciplinar con psicólogo/a si hay oportunidad, tomarse el caso con mucha calma, sin objetivos de ningún tipo y dado caso, introducir metodología diferente a la hora de seguir el caso (no pesar cada semana, trabajar por ejemplo con perímetro cintura/cadera, etc, de forma que sea información que el paciente interprete y valore de otra forma).
2º. Efecto Yo-Yo exagerado.
Personas sometidas en los últimos 2 años a dietas de tipo: batido del campeón del gimnasio, pronokal, Dukan, herbalife, y toda esta basura y que les provocó pérdidas superiores a 20 kilos y luego ganaron 25, presentan en mi consulta un pronóstico pésimo. La evolución de estos casos es normalmente mala. El tiempo medio de estos pacientes para recuperar un peso normalizado siguiendo una dieta “normal” será de meses/años.
La explicación coloquial a esto, nuestro organismo cuando es sometido a pasar hambre, que es exactamente lo que hacen esos protocolos, aprende y pone en marcha mecanismos compensatorios para ahorrar energía cuando ésta se encuentra disponible. Lo que antes no me engordaba, ahora sí, etc.
3º. Personas con falta de sueño y trabajador nocturno.
Ya hablé de esto aquí. Efectivamente, registro la calidad del sueño del paciente. Personas que duermen poco y mal (se van a la cama tarde y se levantan muy temprano) y trabajadores con horario de noche, son el tercer bloque de pacientes con los que tenemos que tener muchísima paciencia. La evolución de los mismos en consulta será peor, mucho peor, que personas con sueño normalizado.
Dejo fuera alteración tiroidea y similar, sometido a cirugía bariátrica y similar, etc etc etc, que también deben tenerse en cuenta. He querido recoger 3 casos que lamentablemente, están a la orden del día y que dificultan la pérdida de peso de una persona.
Un humilde consejo para mis compis DN, trabajar siempre con el vademecum actual, un buen libro de interpretación clínica de las pruebas de laboratorio y Krause’s Food and the Nutrition Care Process, 14th Edition.
Hasta aquí el post. Espero que ayude.